PESCADO AZUL O PESCADO BLANCO, ¿CUÁL ELIGES?
La mayoría de los que consumimos pescado habitualmente conocemos las diferencias nutricionales básicas entre «pescado blanco» (la merluza, el lenguado, el bacalao, el besugo o el rape) y «pescado azul» (boquerones, el atún, el jurel, la sardina, la caballa o el salmón). Estas diferencias se centran principalmente en su contenido menor o mayor de Omega-3. Además, también sabemos que el pescado azul, en función de su tamaño, almacena más o menos cantidad de residuos tóxicos, debido a su mayor esperanza de vida.
Nuestra recomendación es incluir ambos tipos de pescado en nuestra dieta. Si apostamos por la diversidad, obtendremos mayores beneficios, más variedad de nutrientes y reduciremos los riesgos de caer en excesos, tanto en lo que a calorías se refiere como a sustancias tóxicas. Nuestro consejo es consumir pescado blanco 2-3 veces por semana y pescado azul entre 1 y 2 veces cada mes.
Sin embargo, y aunque tengamos una norma básica que nos ayude a consumir el tipo de pescado adecuado, cabe decir que no todos los pescados blancos ni todos los pescados azules son nutricionalmente iguales. En cada una de estas dos categorías hay también diferencias en cuanto a grasa, proteínas y minerales. En el siguiente cuadro te lo mostramos:
Alternar el consumo de los distintos pescados que encontramos en el mercado es la mejor opción, tal y como ya hacemos con otros alimentos presentes en nuestra alimentación.
Seguimos!