LA METATARSALGIA, UN MAL COMÚN ENTRE RUNNERS
La metatarsalgia es una de las lesiones más comunes entre los corredores que pasan por nuestra consulta. De hecho, el 20% de pacientes que nos visitan mensualmente sufren esta dolencia. Sin embargo, es una lesión que no sólo afecta a deportistas; también la padecen mujeres que habitualmente utilizan tacones (acostumbran a ser zapatos estrechos y que además hacen que toda la presión recaiga en la parte delantera del pie).
Pero, qué notamos, cómo podemos saber que padecemos una metatarsalgia? Habitualmente aparece un dolor muy molesto justo debajo de los dedos de los pies y empeora cuando caminamos o corremos. A veces, además, podemos identificar la metatarsalgia porque aparecen callosidades justo en la zona con exceso de presión. Algunos pacientes describen el dolor como “si una piedra se hubiera colado dentro del zapato”.
Cuando corremos, la parte delantera de nuestro pie absorbe en cada una de nuestras zancadas hasta 2,6 veces el peso de nuestro cuerpo, que no es poca cosa! Esto hace que el metatarso (los cinco huesos largos que se extienden a lo largo de nuestro arco plantar), absorba todo el impacto. Si la distribución del peso es desigual, los huesos metatarsianos sufren, pueden irritarse, inflamarse y aparece entonces la lesión. En la mayoría de casos que tratamos en la consulta, la metatarsalgia se produce por haber un exceso de presión en el segundo y tercer hueso del metatarso, ya que son los más largos, o bien aparece en corredores con el pie cavo (con mucho arco plantar).
Pero, por qué distribuimos mal el peso? Tiene mucho que ver con nuestra forma de correr. Un corredor que no tenga una técnica depurada podría estar provocando un desvío de la presión hacia la zona de los metatarsos y con ello provocar una lesión a medio plazo. Cuando un paciente nos visita, debemos evaluar un conjunto de parámetros como la edad, el tipo de calzado que utiliza en su día a día; debemos tener en cuenta si hay sobrepeso o cuál es la forma de su pie (plano, cavo…). Y sobre todo, si hace deporte. Es importante ir bien calzado cuando hacemos actividad física para evitar correr riesgos y lesionarnos.
Una vez tenemos claro el diagnóstico, el tratamiento es claro: aliviaremos el dolor aplicando frío, puede ayudarnos tomar antiinflamatorios y descansaremos al menos al principio para eliminar las molestias. Si el dolor persiste, una visita al fisioterapeuta y a tu podólogo de confianza ayudará a detectar las posibles causas y soluciones. En caso de ser necesario, deberemos recurrir a las plantillas, ya que nos ayudarán a eliminar los puntos de presión máxima y por lo tanto nos corregirán el movimiento.
Lo que un runner debe saber es que una sobrecarga del metatarso la puede evitar utilizando un calzado en buenas condiciones (zapatillas amortiguadas y adecuadas para su peso), trabajando la técnica de carrera y descansando lo que realmente su cuerpo necesita entre sesión y sesión.
Y a partir de ahí, sólo nos queda disfrutar del deporte!