LAS LESIONES Y LA PACIENCIA DEL RUNNER, UNA MALA COMBINACION
¿Sabes cuál es el mayor temor de todo corredor? Y no vale pensar en la suegra!! Lo peor de lo peor para un runner es sufrir una lesión. Y es que para los que nos gusta correr, el entrenamiento es nuestro “momento de libertad” y tener que renunciar a ese paréntesis, resulta casi imposible.
La verdad es que son momentos difíciles y cuesta tomar decisiones drásticas. Empezamos siempre con una pequeña molestia y llegamos al dolor insoportable en tan solo un “clic”.
Si aún estás en la fase de “me duele un poco”, lo mejor que puedes hacer es parar y así evitar que vaya a más y la situación empeore. Si por el contrario decides seguir, esa molestia acabará convirtiéndose en una rotura.
Es el momento para acudir a un especialista: traumatólogo, fisioterapeuta u osteópata y que te de un diagnóstico y pautas a seguir. De nada sirven los consejos de “los colegas runners que saben mucho”. Hay que ponerse serios; un especialista será el que nos diga qué debemos hacer y si la solución pasa por un periodo de reposo, habrá que acatar las normas.
No somos «súper héroes», ni tampoco sabemos de todo! Así que si nos tocan dos semanas de inactividad, elimina de tu coco pensamientos como “esto no es nada; en 2 días estoy rodando de nuevo y al quinto, me tiro a las series”. GRAN ERROR!!
El secreto para superar una lesión es la PACIENCIA. Hay que saber esperar y escuchar a nuestro cuerpo. No somos élite, ni tampoco tenemos los recursos ni cualidades de tipos como Messi o Cristiano, que son capaces de obrar milagros para jugar una final (no tenemos su sueldo, ni tampoco nos respaldan marcas comerciales como para costearnos tratamientos milagro).
La PACIENCIA tiene que ser tu mejor aliada. Haz caso al experto y seguro que si preguntas y estás con mente abierta, podrás sobrellevar “el mono” sustituyendo el running por otro tipo de actividad. Y es que hay lesiones que nos permiten hacer ejercicios que son de poco o nulo impacto: bicicleta, elíptica, natación…
Sé positivo y aprovecha también para potenciar aspectos interesantes de tu cuerpo que a menudo olvidamos: elasticidad, trabajo abdominal o activar la fuerza del tronco superior.
Y una vez tengamos luz verde, ¿cómo debemos afrontar la vuelta a los entrenamientos? De nuevo, nuestra amiga la PACIENCIA será la clave. Hay que ir poco a poco y entrar en la rutina de manera progresiva.
Empieza con ritmos suaves y sesiones cortas (conozco a más de un iluminado que el primer día después de un parón de 2 semanas, decide meterse una tirada de 20km, para ver cómo andan sus “patillas”). De nuevo, GRAN ERROR!!
La prisa es mala consejera y abandonar a nuestra amiga la paciencia puede hacer que nuestra lesión vuelva a aparecer y así, como el día de la marmota, tocará volver a empezar.
Y es que bien es sabido que “la PACIENCIA es la madre de toda ciencia”. Toma refrán!!